El Museo Alemán de la Aduana: una historia de fracaso criminal
La visita a la antigua aduana Kornhausbrücke es un encuentro agridulce con la historia del ingenio y el fracaso. Muchos de los 40.000 objetos expuestos llegaron a la sala de pruebas y de ahí a las vitrinas del museo después de que los atentos funcionarios de aduanas los localizaran en ingeniosos escondites. Cocaína en avellanas huecas, cigarrillos sin impuestos en balones de cuero, diamantes en cajas de cerillas. La imaginación criminal no tiene límites. Sólo la aplicación hizo caer a muchos; por ejemplo, se descubrió el alcohol oculto en las conservas de guisantes porque los contrabandistas se habían confundido con la ortografía de las etiquetas falsas.
Además de la historia de las ideas del contrabando, el museo muestra la historia de las aduanas de forma muy amena, empezando por el apóstol Mateo (conocido por ser aduanero), de cuya época procede uno de los objetos más antiguos expuestos: un recibo romano en un papiro del año 41 d.C.
El viaje continúa con los funcionarios de aduanas de la RDA, que en aquella época buscaban esencialmente cigarrillos occidentales, además de propaganda occidental, hasta el comercio de antigüedades robadas y animales exóticos raros de todos los continentes, la otra cara del puerto mundial, que en su día simbolizaron los constructores de la Speicherstadt frente al museo, en el Kornhausbrücke, en las estatuas de los héroes marinos coloniales: Cristóbal Colón y Vasco da Gama en el lado de la ciudad, Fernando de Magallanes y James Cook, ahora destruidos, en el lado del puerto libre.
Continuación: St. Annen: Enlace entre los trimestres